La segunda película de Amat Escalante es un relato crudo y sin moralina sobre dos migrantes mexicanos que residen en Los Ángeles. Mientras hacen trabajaos “que ni los negros quieren hacer”, los dos personajes se ven implicados en negocios más turbios, y al mismo tiempo, la frustración los llevará a límites de violencia desgarradora, en un acercamiento a la migración sin las ñoñerías de mierdas como La misma luna.
Esto es Los Bastardos… ¿O no?
El tipo de cine que maneja el director es muy similar al estilo de otros cineastas mexicanos como Carlos Reygadas. Hay tomas largas en las que parecen ocurrir pocas cosas, un uso mínimo o nulo de banda sonora, actores no profesionales interpretándose a sí mismos y demás reglas autoimpuestas por los realizadores, en lo que algunos atinan a llamar “cine minimalista”.
Lamentablemente, lo que en papel resulta interesante no lo es tanto en la ejecución. Al ver esta cinta me dio la impresión de estar frente a una obra estudiantil basada en un buen guión y con buen presupuesto pero en donde la dirección y las actuaciones lo echan todo a perder. Buenas intenciones que se quedan a medias
La manera apacible con la que se nos van contando las cosas es demasiado milimétrica, todo el tiempo estás consiente de que estás viendo una película y no es posible adentrarte en la trama. Los recursos visuales, aunque no son malos, son muy acartonados, como si estuvieras ante una solemne pieza de museo. Y esto contrasta totalmente con la trama que se nos presenta, que pretende ser muy visceral y cruda pero en realidad nunca llega a serlo.
El uso de actores no profesionales es algo que nunca me ha parecido algo sensacional y aquí más que nunca me parece un desacierto. En muchas escenas la cámara está fija, estática y lo único que tenemos enfrente es a estos monigotes inexpresivos que, en teoría, deberían transmitirnos muchas cosas con solo miradas y gestos, pero en realidad no transmiten nada. Y lo que me parece más ridículo es que desde que entras a ver este tipo de películas ya sabes que los actores no son profesionales y tienes que asumir que eso está bien, porque es muy artístico y minimalista. Pura pantomima estirada y pretenciosa que me niego a asumir.
En mi opinión, más que un bodrio, esta película es una decepción. Al salir de la sala me quedó la sensación de haber visto algo que se quedó a la mitad de ser una película estupenda. Una batalla entre forma y fondo en donde el perdedor es el espectador. Ojalá que, al hacer más películas, Amat Escalante encuentre una voz propia, ya que esto del minimalismo no le sale muy natural.
Calificación: 5.5
3 comentarios:
jejejeje.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, el final me pareció bastante malo y los planos secuenciales son eternos. No coincido con Reygadas, no me gusta ver en pantalla los procesos completos de las cosas y este cuate es una copia fiel...mala, muy mala.
Yo desde que supe que esa pelicula era de Amat Escalante dije: NO GRACIAS!!
Ese wey tambien hizo una tan horrible como esta.. pero se llamo "Sangre" donde pasa casi lo mismo que dices en esta reseña: actores no profesionales dandole en la madre a lo que podriiiiiiiiiia ser una buena pelicula.. blablabla tomas eterrrrrnas blablabla me aburri horrible.
Que bueno que nunca me meti a ver esto
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