sábado, 23 de marzo de 2013

Blur en el Vive Latino 2013


Me gusta ir a conciertos de rock. Cuando una banda que me gusta ofrece una presentación en mi país, quiero ir a verlos. A veces no reflexiono más allá de eso y la verdad es que los conciertos son rituales sociales muy raros. ¿Qué hace uno en los conciertos? ¿Vas a cantar? ¿A escuchar tus canciones favoritas? ¿A que te sorprendan? ¿A ponerte borracho? Es como si una experiencia tan evidentemente colectiva se tratara también de una experiencia netamente individual.


El sábado 16 de abril tuve mi experiencia individual/colectiva con Blur dentro del Vive Latino. Tenía emoción por verlos, aunque en realidad no estaba pensando más allá de “me gusta Blur, hay que verlos”. Fue hasta el momento que comenzó el concierto cuando me di cuenta de qué se trataba todo.

Mientras sonaban canciones como Girls And Boys, Tracy Jacks, There’s No Other Way y más, descubrí que estaba escuchando canciones que me han acompañado muchísimos años y que no me han abandonado desde la adolescencia. Que estaba asistiendo a un concierto como a los que me hubiera gustado asistir de puberto. Muy grato ver también que era la  misma banda que yo admiré muchos años, que tanto escuché en bootlegs pensando “ojalá yo estuviera ahí”. Que fueran esencialmente los mismos sobre el escenario, sólo que evidentemente más envejecidos. Yo también soy más grande ahora. Fue especial esa sensación como de “así debe ser”, como si estas debieran ser las condiciones con las que yo tendría que ver a Blur en vivo por primera vez.

Grato ver el desempeño de la banda en vivo. El tracklist que manejan está muy bien pensado. Tiene un bloque feliz, un bloque experimental, otro ruidoso y otro de baladas intensas. Muchos pensarán que faltaron hits como No Distance Left To Run o canciones más oscuras. Lo cierto es que no me puedo quejar. Como experiencia colectiva fue un gran set para cantar, brincar, celebrar. O sea, el tipo de conciertos que mejor se le dan a esta banda. E individualmente fue una especie de flashback hacia mi adolescencia que no vi venir, y de cierto modo se volvió en una de las mejores experiencias dentro de un concierto de rock en mi vida.

Sí, puedo ser un pinche cursi cuando me lo propongo. Supongo no les sorprende.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Paco San dijo...

Ese Spawn si que le gusta cometar jejejeje tu reseña es mil veces mejor que la del sopas.