Me gusta ir a conciertos de rock. Cuando una banda que me
gusta ofrece una presentación en mi país, quiero ir a verlos. A veces no
reflexiono más allá de eso y la verdad es que los conciertos son rituales
sociales muy raros. ¿Qué hace uno en los conciertos? ¿Vas a cantar? ¿A escuchar
tus canciones favoritas? ¿A que te sorprendan? ¿A ponerte borracho? Es como si
una experiencia tan evidentemente colectiva se tratara también de una
experiencia netamente individual.
El sábado 16 de abril tuve mi experiencia individual/colectiva
con Blur dentro del Vive Latino. Tenía emoción por verlos, aunque en realidad
no estaba pensando más allá de “me gusta Blur, hay que verlos”. Fue hasta el
momento que comenzó el concierto cuando me di cuenta de qué se trataba todo.
Mientras sonaban canciones como Girls And Boys, Tracy
Jacks, There’s No Other Way y más, descubrí que estaba escuchando canciones que
me han acompañado muchísimos años y que no me han abandonado desde la adolescencia.
Que estaba asistiendo a un concierto como a los que me hubiera gustado asistir
de puberto. Muy grato ver también que era la
misma banda que yo admiré muchos años, que tanto escuché en bootlegs
pensando “ojalá yo estuviera ahí”. Que fueran esencialmente los mismos sobre
el escenario, sólo que evidentemente más envejecidos. Yo también soy más grande
ahora. Fue especial esa sensación como de “así debe ser”, como si estas
debieran ser las condiciones con las que yo tendría que ver a Blur en vivo por
primera vez.
Grato ver el desempeño de la banda en vivo. El tracklist
que manejan está muy bien pensado. Tiene un bloque feliz, un bloque
experimental, otro ruidoso y otro de baladas intensas. Muchos pensarán que
faltaron hits como No Distance Left To Run o canciones más oscuras. Lo cierto
es que no me puedo quejar. Como experiencia colectiva fue un gran set para
cantar, brincar, celebrar. O sea, el tipo de conciertos que mejor se le dan a
esta banda. E individualmente fue una especie de flashback hacia mi
adolescencia que no vi venir, y de cierto modo se volvió en una de las mejores
experiencias dentro de un concierto de rock en mi vida.
Sí, puedo ser un pinche cursi cuando me lo propongo.
Supongo no les sorprende.
3 comentarios:
Ese Spawn si que le gusta cometar jejejeje tu reseña es mil veces mejor que la del sopas.
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